Por Graciela Roque García
El Morocco durante su intervención. |
Llegué puntualmente a la cita convocada por la Editorial Verso Destierro para la Clasificatoria del Torneo de Poesía 2010 (Adversario en el cuadrilátero), en el Faro Zócalo de la Décima Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, a las 10:00 a.m., este domingo 10 de octubre de 2010.
Se encontraban ya reunidas alrededor de cien personas. Afortunadamente para mí, algunas sillas permanecían vacías en el área de la sombra, así que alcancé lugar, a pesar de que en el área de sol todas las sillas estaban ocupadas y varias personas permanecían de pie en espera de que se iniciará el evento.
La locación consistió en una gran estructura de forma ojival que, al frente, mostraba un cuadrilátero; al fondo, un estrado donde los poetas Iliana Godoy, Armando Alanís y José Antonio Durán fungirían como jueces dando sus calificaciones con cartulinas, Adriana Tafoya, editora de Verso Destierro actuaría como interventor.
Atrás y al lado derecho del ring estaban: como encargada de sonido, Estephani Granda, poeta, comentaristas: Pedro Emiliano, poeta, Andrés Castuera, poeta y conductor de Palabras Urgentes Código D.F. y Steelman, luchador, además se encontraban para transmitir el evento por internet Manuel Perez Petit y Lucas Matus, poetas representantes de la plataforma Chilango Andaluz.
El Poetastro llama a la gente, después de safarse de una llave de La cosa Verde. |
En el ring, Andres Cardo, presentó a los jueces, a la referí Natasha Olivos, al Poetastro y a cada gladiador literario, no sin antes establecer el mecanismo de votación y la regla del torneo: la duración máxima del poema debería de ser de tres minutos, cumplido ese tiempo se cortaría la participación con el conteo tradicional de la lucha “diez, nueve, ocho, etc.”
La clasificatoria abrió con la participación especial de Raymundo Manzanárez, mención honorífica del Torneo de Poesía 2009, que desde la lona se fue incorporando con una máscara y el poema ¿Quién soy?, fue un acto muy bien logrado que mereció el aplauso efusivo del público.
Enseguida, Andres Cardo, maestro de ceremonias, anunció a cuarenta adversarios con una breve reseña literaria; sus obras, su escuela de procedencia o sus lemas. El Poetastro auxiliaba a subir al ring a los contendientes y, algunas veces, les servía de sparring cuando su ímpetu los empujaba a probar sus golpes. La réferí, a veces, era sorprendida por los combatientes que iniciaban la lucha sin el silbatazo y sin los guantes, es decir, sin el micrófono. En estas ocasiones los comentaristas y la audiencia intervinieron apoyando al luchador.
El Poetastro posando para las cámaras desde el ring. |
Los luchadores literarios leyeron, dijeron, vivieron poemas eróticos, amorosos, de protesta, de amor y desamor a la Patria, de desolación, etc; largos, medianos o breves, que cumplían una singular calidad poética; además exhibieron un desenvolvimiento escénico bueno y, en ocasiones sobresaliente, aunque no fue un factor de calificación; todos se escucharon con una dicción "de muy buena" a excelente.
Oceana Manzanárez Santiago aplicó un poema erótico, versos como “tengo un unicornio sobre el que cabalgo todas las noches/el mediodía nos resucita/…/el corazón debe morir en cada acto de amor,/es Lázaro resucita siempre/…” desataron los comentarios de Andrés Castuera: se fue directo a las hormonas la quebrada erótica y Pedro Emiliano: el océano busca su voz.
Sobre las cuerdas la lectura. |
Emma Villa Arana contendió con versos amorosos “…tu boca cuna donde las aves rompen el vuelo/…/hilvanas con tus pasos el silencio/caen cascadas de jade, de pedernal/…” Llovieron metáforas hiperbólicas, comentó Castuera.
Juan José Joaquín Pérez-Tejada Domínguez buscó sorprender con una actitud escénica firme y un vuelo sin límites inspirado en las tácticas poéticas de Oliverio Girondo y de Nicolás Guillén: “Negra, eslame con tu saliva/…/bemboneame,/yo estoy en el olor negro de tu tumbao/negra, alúzame/….” La aliteración ya en esos grados recae en las caderas, anotó Castuera desde la mesa de comentaristas.
Julio César, de Adict@s a la Poesía, tuvo una relevante aparición. |
Paquita Andueza, llegó y se retiró repartiendo dulces, su poema puso con espaldas planas al público, tocando una de las cuerdas más finas de nuestra sensibilidad porque habló de las muertas de Juárez “las madres claman justicia/llaman a sus dioses/…/madres arrojan la pena/de sus vientres sangrantes/nacen flores muertas,” expresó que regalaba dulces porque las mujeres son dulces, Steelman recordó a Super Muñeco que también llegaba al cuadrilátero obsequiando caramelos.
Dany Alberto Morán Altamirano sorprendió con un poema enmascarado “…/se lo que piensa el cocodrilo/yo conozco la paciencia de la serpiente/…/yo soy un salvaje/dispuesto vestido de traje.” Los jueces lo calificaron con 7.7, 8.3 y 8.5, ante lo que Andrés Castuera exclamó: el jurado está muy rígido, no va a dar pie sin huarache.
A Pakita Andueza, tuvo que amonestarla la Réferi, pues subió con máscara al ring.
Martha Leticia Martínez de León sometió a sus rivales con un poema erótico “con los ojos tiernos/…/me acuesto con un mar de tres hombres/me bautizo nuevamente”, que provocó el comentario de Castuera, Martha Leticia en la consagración del deseo.
Ánuar Zúñiga Naime se lanzó un vuelo desde la tercera cuerda metafóricamente hablando con sus versos “crecemos como raíces del árbol que no rompen el concreto/ nos quedamos enroscados en las piedras para no decir derrumbe.” Recibiendo las calificaciones de 8.5. 8.2 y 8.5 y Steelman exclamó: estamos en el ochismo.
Parte del público durante la Clasificatoria. |
Alina Hernández aplicó un candado a la cabeza con un poema desolado “Lo entregaste para dormir/sequias incoloras/…/ya no tengo que seguir en ese hielo/de los vivos.” Consiguiendo una de las calificaciones más altas. Mauricio moroco Jiménez, Carlos Cárdenas y Hortensia Carrasco tuvieron una actuación destacada cuando con una excelente dicción y una potente voz lograron superar el paroxismo que se suscitó de las 11:50 a.m. a las 12:00 p.m. con el resonar de las treinta y cinco campanas de la Catedral Metropolitana que daban el Toque del Ángelus, este portentoso repiqueteo lejos de representar un obstáculo insalvable fue un mecanismo que fortaleció la pelea, en ese momento, creció la audiencia, no dejaba de ser interesante observar cómo estaba siendo superado ese reto a fuerza de una concentración absoluta y una voluntad demostrada a toda prueba. La poesía habló y su voz tenía un mensaje: somos importantes y estamos para ser escuchados.
Minutos después, las 12:20 p.m., se despidió Andrés Castuera, el aforo en ese momento, era de poco más de 500 personas. Seguramente, los asistentes recordarán las campanadas, la proeza de los contendientes y sus comentarios: “agradecemos a la ciudad por los efectos especiales”, “le damos un saludo a Cuasimodo” (no era uno, eran al menos veinte campaneros) y “¡la poesía calló las campanas!”. Una experiencia inusitada digna de recordarse.
Hortensia Carrasco durante el campaneo. |
Isis Rojo Samaniego combatió aplicando una llave “indolentes son tus silencios/…/cruza ahora el umbral de la ternura/ven y ámame/…/más, no cierres los ojos, a quién/ voy a ocultar que estoy sola.” El jurado la evaluó con 8.9, 9 y 8.8. Steelman acotó: rudas las calificaciones creo que el jurado aplicó un buen castigo.
Daniel Carpinteyro subió al ring con una estrategia muy bien estudiada, una breve muestra lo evidencia “Últimas horas de la materia/ refluvios de parálisis/ …/esta casa no es sino una oquedad abierta…” Steelman interpretó: los técnicos haciendo presencia.
A la l:00 p.m. terminó la Clasificatoria, se dio un receso de treinta minutos para regresar con los nombres de dieciséis finalistas y se anunció al pintor Felipe Gaytán que exhibió su obra La perra ahorcada. En el intermedio, la cosa verde se subió al ring y estuvo posando con algunos niños y no tan niños para la fotografía del recuerdo. El sound track de Pulp ficción, mantuvo animada a la audiencia.
Lucero Balcázar entrevista a Pérez Tejada después de su intervención en el Torneo. |
Mientras tanto, fui a saludar a los poetas Lucero Balcazar, Jacinto K´Anul y Andrés Marquez quién me preguntó cómo me encontraba, le contesté: ¡contenta, dándome una ducha de poesía! y en efecto, los versos permanecían suspendidos como el vapor del agua en el ambiente.
Armando Alanís habla sobre lo reñido de esta fase. |
A la 1:30 p.m. desde el ring, los jueces dieron sus comentarios finales, Armando Alanís expresó que el nivel fue muy parejo pero, tenían que quedar sólo dieciséis finalistas, José Antonio Durán consideró que seguramente después del árbitro de futbol, el más odiado es el juez de poesía y que el Torneo le pareció lúdico y muy agradable, el maestro de ceremonias agradeció la intervención de los jueces y llamó al cuadrilátero a los dieciséis finalistas, dando la calificación “para que le midan el agua a sus poemas”, el público aprobó por unanimidad la clasificación, aplaudiéndoles.
Los poetas clasificados suben al ring. |
Por cierto, no faltó el comercial de que entre los pasillos se desplazaba una bella cigarrera que en lugar de cigarros vendía un vicio más elocuente, libros y material poético, y se nos hizo la invitación a la siguiente fase de la contienda que se realizará el próximo sábado 30 de octubre de 2010, a las 10 horas en la explanada del Centro Cultural José Martí.
Por supuesto, ya guardé un lugar en mi agenda para asistir, ¿usted, no quiere acompañarme?
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